Con 18 años estuve ingresado por una infección durante 10 días en una clínica de Bilbao. Además de a una experiencia limite con mi propio organismo, me enfrenté a una experiencia limite con mi espíritu: descubrí, en una breve novela de bolsillo, la existencia del “otro lado”, su enorme poder, su perpetua exigencia y su recurrente consuelo. Conocí también las puertas de ese “otro lado”, esas que permiten a uno, no siempre sin riesgo, ir y volver de un lado al otro. Así es, una novela de Hesse, El Lobo Estepario, me descubrió dos cosas que para mi fueron muy importantes en adelante: la individualidad, mi propia individualidad, y ese…
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El inestimable tiempo